¿Tus estudiantes usan la bicicleta para desplazarse al colegio? ¿La utilizan en su día a día? Fomentar el uso de este transporte desde la primera infancia es clave para que los menores puedan incorporarla en su vida diaria. No obstante, detectamos una necesidad social tras consultar con más de 50 centros de Educación Infantil de Galicia: ninguno de ellos tenía bicicletas de madera sin pedales para niños de 2 a 6 años. 

Es un material que no suelen tener los centros educativos debido a su alto coste. No obstante, las bicicletas ofrecen un importante servicio, ya que potencian el trabajo de múltiples contenidos vinculados a la psicomotricidad y al desarrollo integral del niño, abordando el trabajo de variables psicológicas y psicosociales como la autoestima o autoconfianza, la educación vial, distintos valores y el capital humano de los niños. Igualmente, no todos los pequeños pueden disfrutar de una bicicleta en su entorno familiar. La falta de recursos de muchas familias provoca que los niños puedan pasar su infancia sin tener una bicicleta.

Por eso nos decidimos a realizar el proyecto ‘La bicicleta viajera’, gracias al que los menores de las escuelas cercanas pueden disfrutarlas. Esta experiencia, además, establece sinergias con el Plan Estatal de la bicicleta, que fomenta el uso de la bicicleta como transporte activo, estilo de vida saludable y especialmente para reducir la contaminación y prevenir los efectos del cambio climático. También cumple tres importantes Objetivos de Desarrollo Sostenible: el de Salud y bienestar (3), Educación de calidad (4) y el Ciudades y Comunidades Sostenibles (11). Por todo ello, las bicicletas de este proyecto se convierten en una oportunidad para que muchos estudiantes disfruten del placer de desplazarse en bicicleta y aprovechar todos los beneficios que puede producir su uso para su desarrollo. 

Financiación de las bicicletas

Tras este primer contacto, estuve durante un tiempo viendo cómo podía enfocarlo y adaptarlo a mi realidad como docente universitario. Fue entonces cuando se me ocurrió llevarlo a cabo con la metodología de Aprendizaje-Servicio, que integra el aprendizaje de ciertos contenidos y un servicio a la sociedad para cubrir una demanda existente. 

Así, para la financiación de las bicicletas organicé un evento formativo compuesto por 8 conferencias sobre hábitos saludables. En este evento participaron 8 ponentes que hablaron sobre nutrición, ejercicio físico, educación y salud, y lo hicieron de forma altruista, por lo que pude establecer una cuota de inscripción pequeña para recaudar los fondos necesarios para comprar las 30 bicicletas de madera sin pedales. 

La bicicleta viajera

La empresa que nos suministró las bicicletas también colaboró ofreciendo un descuento en el precio de cada bicicleta, pues al ser bicicletas fabricadas con buenos materiales su precio ronda los 70-80 euros. El siguiente paso era buscar un local para almacenarlas. En este sentido me apoyaron la plataforma EDUCA y la Facultad de Educación de la Universidade da Coruña, que guardan las bicicletas mientras no se usan en el centro educativo.

Puesta en práctica del proyecto

Tras estos primeros pasos, elaboré todo el proyecto didáctico con las competencias, objetivos, resultados de aprendizaje, cronograma… y se lo presenté a mi alumnado del 4º Curso del Grado de Educación Infantil de la Universidade da Coruña. Todo ello contextualizado dentro de la materia que imparto, denominada Educación psicomotriz y Habilidades Motrices Básicas. Allí el alumnado muestra su entusiasmo y se anima a participar de forma voluntaria: organizamos grupos de trabajo, hacemos asambleas y torbellinos de ideas y vamos poco a poco diseñando las sesiones.

Paralelamente publico toda la información del proyecto en mi página web y diseño un cuestionario para que los centros educativos que deseen acoger el proyecto se puedan apuntar. Este cuestionario lo difundo en mis redes sociales y mi sorpresa es que recibo cerca de 50 solicitudes, incluso de centros educativos de diferentes regiones de Galicia.

Como el proyecto solo puede realizarse en A Coruña por la proximidad del alumnado universitario que será quien intervenga en el mismo, se da prioridad a la selección de centros educativos de esta ciudad. El primer centro fue el CEIP San Pedro de Visma. Contactamos con el jefe de estudios y se realizaron diferentes reuniones con el profesorado que imparte los diferentes cursos de Infantil en el centro, para explicarles y presentarles todo el proyecto. Todos los docentes se mostraron favorables a participar y les pareció una bonita idea. Así, se comienzó a trabajar en cómo se impartirán las sesiones y en la coordinación general de todas las partes implicadas: alumnado universitario, docentes del centro educativo, estudiantes y familias.

Aprendizaje-Servicio

Las sesiones, al ser un proyecto de Aprendizaje-Servicio, las diseña el alumnado universitario, siempre supervisado por mí. El proyecto se realizó en dos clases de 1º de segundo ciclo de Infantil (a partir de tres años), dos clases de 2º y dos clases de 3º, con un total aproximado de 150 estudiantes. Se establecieron un total de 27 sesiones de 50 minutos de duración distribuidas en 9 semanas de intervención en el centro educativo, impartiéndose un total de 3 sesiones por semana con información y familiarización con la bicicleta, el control de la misma y una serie de juegos relacionados con la educación vial. 

Bicicleta viajera

Con el paso de las sesiones, los niños pasaron de tener miedo a subirse a la bicicleta a presumir un gran dominio de ella. Muchos niños estaban deseando que llegase el día de su sesión de bicicleta para disfrutar de ella en el colegio. No obstante y como en todo proceso educativo, hubo diferentes ritmos de aprendizaje: algunos niños aprendieron muy rápido y otros tardaron un poco más, pero las alumnas universitarias y los docentes iban realizando los ajustes individuales para que todos viesen mejoras en el día a día.

Todas las sesiones se impartieron dentro del horario escolar. Además, se realizó una investigación para ver el impacto de esta intervención en la motricidad de los niños. La hipótesis es que todos los niños mejoraron su rendimiento motor; todavía se están analizando los datos, ya que se realizó un test de competencia motriz a los menores antes del proyecto y al finalizarlo. Desde el nacimiento del proyecto las bicicletas ya han viajado a dos centros de Educación Infantil de 3-6 años y un centro de 0-3 años. Actualmente hay un listado de 50 centros que desean acoger el proyecto. 

Este proyecto ganó el Premio a ‘Mejor Experiencia de Sostenibilidad’ en SIMO EDUCACIÓN 2024.