Cuando una empresa necesita cubrir una vacante tiene dos opciones: abrir un proceso de selección externo o retener a un profesional que ha demostrado su eficiencia en otra posición y capacitarlo para este nuevo puesto. La segunda alternativa es lo que se conoce como reskilling, un anglicismo que suele traducirse como ‘reciclaje profesional’ y es especialmente útil para retener a trabajadores sénior cuyos puestos de trabajo han quedado obsoletos. 

Reskilling

Surge en un contexto de transformación en el que es preciso adaptar las competencias de las personas a nuevos modelos de trabajo, al uso de tecnologías y requerimientos, y se basa en el incremento de las capacidades de las personas dentro las organizaciones, aprovechando el talento existente para reeducar y reconvertirlo en otros ámbitos. De hecho, según el World Economic Forum es necesaria una inversión urgente en capital humano a través del reskilling para cubrir los más de 1.100 millones de trabajos que pueden verse transformados radicalmente por la tecnología la próxima década. 

Beneficios del reskilling

Las principales ventajas -según Iberdrola– que comporta el reskilling tanto para las empresas como para los trabajadores son las siguientes:

  • Combate la brecha digital en el seno de la empresa y la hace más competitiva.
  • Reduce los procesos de selección y, en consecuencia, los periodos de adaptación.
  • Ayuda a crear fidelidad y a retener el talento. Los empleados son conscientes de que la compañía invierte en ellos al mejorar su perfil profesional.
  • Promueven una cultura de empresa dinámica adaptada a un entorno en constante evolución.

Otro de sus beneficios es la posibilidad de impulsar las soft skills: “La automatización y los algoritmos tienen sus límites. La comunicación, el pensamiento crítico o las habilidades sociales adquieren una gran relevancia para llegar donde la tecnología no llega, siendo fundamental acercar estas competencias a los profesionales”, apunta un artículo en el blog de Adecco.

Para trabajadores sénior 

En España, las cifras de paro entre los trabajadores mayores de 55 años son preocupantes: de enero a marzo de 2023, el paro subió un 7,8% entre este colectivo, lo que representa la mayor alza trimestral del desempleo de todos los grupos de edad. La cifra total de mayores de 55 años sin trabajo es de 564.900 personas, según los datos de la EPA de marzo. Además, este grupo es cada vez más numeroso, ya que es una nación récord de envejecimiento. 

Reskilling

En este contexto, “el reskilling permite a los profesionales mantener y mejorar sus competencias a lo largo de toda su vida activa, sin importar la edad y evitando la obsolescencia. Si un profesional mayor de 55 años pierde su empleo pero está conectado de forma permanente  a las necesidades del mercado laboral, podrá ser empleable en el corto plazo”, subrayan desde Adecco.