Adentrarse en el mercado laboral no siempre resulta sencillo, y lanzarse a la búsqueda de trabajo puede provocar una gran incertidumbre; sobre todo si no se conocen las fases habituales de un proceso de selección y cómo enfrentarse a ellas. Elaborar un buen currículum es importante, pero sólo es una parte de un proceso mucho más amplio que, según diferentes expertos y webs especializadas en reclutamiento, puede constar hasta de 10 etapas. Seleccionamos a continuación las fases principales de un proceso de selección y algunos consejos para superarlas con éxito.
Autoconocimiento
¿Qué me gusta? ¿Qué es lo que quiero? ¿Cuáles son mis valores y competencias? Estas son algunas de las preguntas que los candidatos deberían plantearse antes de buscar trabajo. Según la Fundación Adecco, es importante reflexionar sobre las fortalezas y áreas de mejora, así como definir el tipo de trabajo que nos haría felices y en el que podríamos aportar más valor como punto de partida.
Plan de acción
Crear una hoja de ruta ayuda a fijar metas concretas y organizar mejor la búsqueda. Entre otras acciones, este plan puede contener un horario para cada actividad; el número de candidaturas que se enviarán cada semana; una relación de empresas a las que dirigirse; o el tiempo que se dedicará a realizar contactos en redes sociales especializadas como LinkedIn.
Investigar el mercado laboral
Una vez se han seleccionado algunas empresas, es aconsejable investigar su filosofía, las habilidades que demandan o qué oportunidades laborales tienen disponibles. También es interesante analizar las tendencias del mercado laboral y las áreas de crecimiento con el fin de anticiparse a posibles oportunidades.
Presentar candidaturas
Tras revisar las ofertas de trabajo pertenecientes al sector y las empresas de nuestro interés, llega el momento de enviar el CV y completar toda la información relacionada con la vacante a la que se postula. Es esencial fijarse en las habilidades y conocimientos concretos que se requieren para adaptar adecuadamente cada solicitud.
La entrevista de trabajo
Se considera una fase crucial porque es el momento de presentarse ante la empresa y demostrar las razones por las que nuestra candidatura es la adecuada para el puesto. También por ello es inevitable sentir cierto temor e inseguridad, por lo que centros formativos como IESE Business School recomiendan prepararla teniendo en cuenta tres aspectos:
- Informarse todo lo posible sobre la empresa y la entrevista, intentando averiguar quién va a estar presente, sus perfiles, el horario, en qué valores se inspira la compañía, cuál es su misión y objetivos a corto y a largo plazo…
- Cuidar la imagen personal y el entorno en el caso de que la entrevista sea virtual: vestir adecuadamente y, si es posible averiguarlo, siguiendo el código que tenga la empresa; cuidar el espacio y mostrar un escenario ordenado y limpio, dar prioridad a un fondo real y no virtual, y comprobar que el lugar elegido para la entrevista es tranquilo, bien iluminado y con conexión estable.
- Vigilar el lenguaje corporal. Aparte de lo que se expresa al hablar, es importante tener en cuenta comportamientos o gestos que transmiten mucha información y pueden causar diferentes impresiones. Por ejemplo, hay que intentar mirar a los ojos de la persona con la que se habla y demostrar que se le presta atención. Además, no es aconsejable interrumpir al entrevistador y esperar unos segundos al final de sus frases antes de hablar.
Contratación
Si se supera la entrevista y la empresa decide seleccionarnos para el puesto, únicamente quedaría conocer todos los aspectos relacionados con el contrato: horario, categoría, salario, beneficios… En caso de duda sobre cualquier punto es recomendable consultar con la compañía para aclarar la información.