Ambas tecnologías permiten crear experiencias virtuales que se integran en el mundo real. Estos son los beneficios que pueden aportar para los negocios y el mundo corporativo según Borja Garzón Casado, Digital Learning Manager de ISDI.
Tanto la Realidad Aumentada (AR) como la Realidad inmersiva (IR) combinan el mundo real con elementos virtuales o generados por ordenador; sin embargo, tienen algunas diferencias. Así, la Realidad Aumentada es una tecnología que superpone elementos virtuales sobre la visión del mundo real, en tiempo real y en un dispositivo como un smartphone o una tablet. Mientras, la Realidad Inmersiva sumerge al usuario en un ambiente virtual generado por un PC donde puede interactuar con los objetos y personajes como si estuvieran en el mundo real. Los beneficios que pueden tener para las empresas son múltiples:
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La IR y la AR se están utilizando para crear entornos de formación y simulación que permiten a los empleados aprender nuevas habilidades y mejorar su desempeño de manera más efectiva. Por ejemplo, en el sector de la salud, los médicos pueden practicar procedimientos complejos en un entorno simulado antes de realizarlos en pacientes reales.
Pueden ayudar a las empresas a reducir costes en diferentes áreas como la formación, el mantenimiento y el diseño de productos. Al utilizar estas tecnologías es posible evitar gastos innecesarios, como la compra de equipos costosos o la realización de entrenamientos en ubicaciones específicas. El prototipado de diseños y experimentos de mercado son ahora viables sin tener que desarrollar complejas operativas o producir productos ad hoc.
Esta tecnología mejora la eficiencia de los procesos empresariales al permitir a los empleados interactuar con los sistemas en tiempo real y realizar tareas de manera más rápida y precisa. Por ejemplo, en la industria de la manufacturación, los trabajadores pueden utilizar la Realidad Aumentada para obtener información sobre las piezas con las que están trabajando y acceder a instrucciones de montaje en tiempo real.
La experiencia del cliente mejora al permitirles interactuar con los productos de una manera más inmersiva y personalizada. Por ejemplo, una empresa de muebles puede utilizar la realidad aumentada para permitir a los clientes visualizar cómo se verá una pieza en su hogar antes de comprarlo.
Ambas tecnologías pueden ser una herramienta de marketing muy poderosa para las empresas, permitiendo la creación de campañas publicitarias interactivas y atractivas que llamen la atención de los consumidores y fomenten la fidelidad del cliente.
