La transformación digital está redefiniendo el panorama laboral y, con ello, la educación debe adaptarse para cerrar la creciente brecha entre la demanda de habilidades tecnológicas y la oferta de talento cualificado. Una situación de desequilibrio que trasciende nuestras fronteras: tanto en España como en el resto de Europa, el número de especialistas TIC se encuentra por debajo de lo necesario y esta falta de talento tecnológico amenaza con poner en riesgo la competitividad de muchas empresas.
Con el propósito de resolver la escasez de perfiles tecnológicos, la Comisión Europea ha marcado como objetivo para el año 2030 que un 10% del empleo en los países de la unión esté compuesto por especialistas en tecnologías de la información y la comunicación (TIC). En el caso de España, basándose en los datos de empleo más recientes, esto implicaría que se necesitaría añadir más de un millón de trabajadores al mercado laboral en los próximos seis años.
Educación: clave para solventar el déficit de talento tecnológico
Para alcanzar esta desafiante meta, resulta fundamental que el sistema educativo evolucione para formar y preparar a las próximas generaciones con los conocimientos y competencias tecnológicas que demandan las empresas y el mercado laboral actual. En ese sentido, destacan una serie de profesiones tecnológicas que serán fundamentales para cubrir esta carencia de talento tecnológico en 2025 y que van a revolucionar el mercado.
En primer lugar, los ingenieros en inteligencia artificial y machine learning jugarán un papel clave en sectores como la medicina y el transporte, creando sistemas más avanzados y éticos. Asimismo, los analistas de datos seguirán siendo claves para transformar grandes volúmenes de datos en decisiones empresariales estratégicas, especialmente en industrias como el retail y la salud. Además, la creciente amenaza de ciberataques pone de relieve la necesidad urgente de especialistas en ciberseguridad que protejan sistemas y diseñen estrategias proactivas de defensa digital.
Al mismo tiempo, la pandemia ha acelerado la adopción de servicios en la nube, consolidando la importancia de los cloud architect, quienes diseñan sistemas escalables y seguros para operaciones remotas en diversos sectores. Por último, los ingenieros en robótica y automatización y los prompt engineer serán perfiles también sumamente demandados por las empresas el próximo año.
Pero para que la educación STEM sea realmente efectiva no debe empezar en la etapa universitaria, sino desde una edad temprana. De este modo, se prepara a los estudiantes para los desafíos futuros y también se aumenta la probabilidad de que se decanten finalmente por carreras tecnológicas.
Otro de los grandes retos para recuperar talento tecnológico pasa por revertir la brecha de género en el sector: actualmente, el número de profesionales en data en España es de más de 144.500, de los cuales un 68% son hombres y un 32% son mujeres, lo que deja patente la importante diferencia existente entre ambos géneros.
Por su parte, el entorno normativo también juega un papel crucial en el impulso de la generación de este tipo de empleo tecnológico. Por esta razón, la Agenda España Digital en su revisión de 2026 estableció como objetivo que el 80% de la población posea competencias digitales básicas, asegurando que al menos la mitad de ellos sean mujeres.
Nuevas metodologías: del microlearning al reskilling
En cuanto a las nuevas metodologías de enseñanza que también serán sumamente importantes a la hora de formar talento digital, cabe destacar el aprendizaje basado en proyectos (ABP), que ha demostrado ser de gran utilidad para fomentar la creatividad y la innovación y permite desarrollar conocimientos altamente valorados en el sector tecnológico. Asimismo, la formación continua a través de microlearning se ha convertido en una herramienta particularmente efectiva al ofrecer píldoras de contenido fáciles de asimilar y poner en práctica: según LinkedIn Learning, el 75% de los profesionales que se forman mediante recursos online priorizan las habilidades digitales y las soft skills.
Del mismo modo, los programas de iniciación, o awareness programs, resultan de gran utilidad para que profesionales de cualquier sector puedan permanecer en todo momento actualizados. Estos programas cortos están diseñados específicamente para responder a las necesidades del mercado laboral actual en conocimientos digitales muy específicos, y se han desarrollado priorizando la efectividad y relevancia del contenido impartido.
La formación continua es especialmente importante a la hora de mantener los niveles de competitividad en el sector tecnológico. Los programas de reskilling permiten adquirir habilidades y asumir roles diferentes dentro de la empresa, factor especialmente relevante en un entorno donde la automatización y las nuevas tecnologías están transformando los perfiles laborales. El upskilling, por su parte, permite a los profesionales actualizarse para que puedan adaptarse a las nuevas competencias que requiere el actual mercado laboral actual y desempeñar mejor sus funciones actuales y futuras.
En definitiva, la escasez de talento tecnológico es un desafío global que requiere de formación especializada y soluciones innovadoras y adaptables desde el ámbito educativo. Adoptar estas tendencias no solo ayudará a cerrar la brecha de talento digital, sino que también asegurará que las generaciones futuras estén mejor preparadas para afrontar los retos actuales. En ese objetivo común de reequilibrar la oferta y la demanda actual en el sector tecnológico, resulta fundamental que gobiernos, empresas e instituciones educativas vayamos de la mano para capacitar el talento tecnológico e impulsar juntos el tejido empresarial en un mercado cada vez más digitalizado.