Hace poco conversaba con un docente que me mostraba su tristeza por ser el único en su centro que se ha atrevido a utilizar pedagogías activas en lugar de aplicar de forma sistemática el tradicional libro de texto con su alumnado. Durante varios cursos ha conseguido contagiar con mayor o menor éxito a algunos de sus compañeros, pero con mucho esfuerzo. Sin embargo, esta frustración se transformaba en satisfacción cuando me contaba el entusiasmo de sus estudiantes en cualquiera de las actividades que ha emprendido en un colegio público en el que, precisamente, las TIC brillan por su ausencia: han trabajado por proyectos para estudiar la Prehistoria y la Edad Media; empleado Stop Motion para realizar pequeños cortos; aprendido Música con un piano hecho con zanahorias y un dispositivo llamado makey makey…
Después de seis años, ha conseguido el traslado a un centro más cerca de su casa y, con toda seguridad, dejará huérfanos a sus alumnos y también a las familias. No será fácil que algún compañero tome las riendas del cambio metodológico que él ha iniciado. ¿Por qué cuento todo esto? Porque en mi humilde opinión, este docente representa a la perfección a ese grupo, afortunadamente cada vez mayor de profesionales, que como apunta Montserrat del Pozo en la entrevista que os ofrecemos este número, son el verdadero motor del cambio pedagógico.
Y es que con independencia del equipamiento TIC que tenga un centro o de la implicación del equipo directivo y las familias, vosotros sois los encargados de pilotar este cambio tan necesario en las aulas. Por muy solos que os encontréis en demasiadas ocasiones, por muchas piedras que os pongan en el camino, por favor, sed fuertes y seguid adelante. Os necesitamos.
Javier Palazón, director de EDUCACIÓN 3.0.
Este editorial se publicó en el número 19 de la revista EDUCACIÓN 3.0.
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