Neil Gaydon, presidente y CEO de SMART Technologies, reflexiona en este artículo sobre el éxito académico. En su opinión, la única forma contrastada para conseguir buenos resultados pasa por combinar las buenas prácticas pedagógicas con la tecnología (hardware y software) diseñada por y para educación.

Neil Gaydon, SMART

Neil Gaydon, SmartCuando se trata de implementar tecnología para el aula debemos tener una estrategia coherente y a largo plazo. Sabemos que nuestros alumnos adoran la tecnología pero también que hay mucho ruido en Internet. A fin de cerrar la brecha entre alumnos digitales y centros, la comunidad educativa ha tratado de adoptar tecnología a ritmos inusitados. No sólo es el medio a través del cual las generaciones actuales se relacionan, sino que además es uno de los principales motores de búsqueda, absorción y digestión de información.
Saber cómo se utilizan los dispositivos no es suficiente para preparar a nuestros alumnos de cara a su futuro profesional. Debemos dotarles de herramientas cognitivas que les ayuden a comprender el mundo que les rodea (Learning to Know) y participar de forma eficiente en una sociedad y economía global (Learning to Do), ofrecerles un pensamiento crítico y habilidades sociales (Learning to Be), así como mostrarles los valores implícitos humanos y los principios democráticos (Learning to Live Together), según los cuatro pilares formulados por la Unesco.
Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) plantea que la tecnología por sí sola no garantiza los resultados académicos. Tal vez pueda sorprender que en una empresa de tecnología como SMART estemos de acuerdo con esta afirmación. Es como si fuéramos a trabajar y nos dieran un PC y un sistema operativo con el que no estamos familiarizados, sería muy frustrante, ¿verdad?

Enseñanza, tecnología y aprendizaje

Hemos apoyado recientemente un estudio que analiza la relación entre Enseñanza, Tecnología y Aprendizaje que demuestra que el éxito de la implementación tecnológica en el aula está ligada a buenas prácticas pedagógicas, y que si a esas buenas prácticas le unimos el uso de un software educativo y un hardware creado específicamente para la educación, el resultado garantiza el éxito académico. Según este estudio, este éxito es mayor cuando la tecnología está emparejada con las prácticas pedagógicas, el software educativo y el hardware, siempre siguiendo este orden.
Smart
Las investigaciones nos llevan a la conclusión de que la tecnología puede mejorar las buenas prácticas pedagógicas, pero nunca reemplazarlas. Para acelerar su impacto en la educación es necesario un enfoque mucho más eficaz, que tenga en cuenta las diversas interconexiones de hardware, software, métodos de enseñanza y de alto rendimiento académico del alumnado.
Además, cuando los alumnos participan activamente y se hacen responsables de su propio aprendizaje tiene lugar el éxito académico y, en consecuencia, la mejora de resultados. Hoy en día esto puede darse a través de una amplia diversidad de escenarios de aprendizaje -ya sea en grandes o pequeños grupos, individual o colectivo- y, por supuesto, puede ocurrir en cualquier lugar y momento. Depende de nosotros crear los ambientes donde los niños van a florecer, ofreciéndoles las herramientas y habilidades que necesitan para su futuro.

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