Mª del Carmen García-Castellón, óptico-optometrista y psicóloga, Máster en Neuropsicología y Educación y coautora del libro “Todo un Mundo de Sensaciones”, impartirá a partir del 4 de noviembre una masterclass en la Universidad Internacional de la Rioja sobre la Evaluación de la Integración Sensorial en la Educación. Nos ha contado en qué consiste la integración sensorial y ha analizado algunos de los problemas en los que puede derivar las deficiencias sensoriales.

Las deficiencias sensoriales

Pregunta: Definimos la integración sensorial como el acto que organiza las sensaciones para su uso posterior. ¿Puede poner un ejemplo de integración sensorial con varios estímulos?

Respuesta: Un ejemplo de integración sensorial es la lectura. Debemos reconocer las letras visualmente, asociar el sonido correspondiente a cada grafema, relacionar cada palabra con su significado y hacer una labor de abstracción para ir más allá de las palabras y entender lo que el mensaje escrito quiere transmitir. También la integración sensorial se produce al andar y asociar los movimientos del cuerpo, la visión y el equilibrio.

P: Dislexia, déficit de atención, problemas de comportamiento… son disfunciones que afectan a nuestros hijos pero que aún hoy se nos plantean a los padres como grandes dramas a los que no sabemos cómo enfrentarnos. El diagnóstico es fundamental, pero, una vez se hace, ¿cómo podemos trabajar con nuestros hijos en casa para superar estas dificultades? ¿Y de qué modo les pueden ayudar en la escuela?

R: Efectivamente, el diagnóstico es fundamental. Una vez que sabemos qué es lo que le sucede a nuestro hijo, debemos consultar con los profesionales adecuados. Cada niño es un caso único y progresa de forma diferente. Son muchas las variables que pueden afectar: me refiero en concreto a si hay dificultades de visión, audición, de lectura, escritura, cálculo, disgrafía o disortografía… Además, tenemos casos en los que no se produjo un desarrollo evolutivo adecuado y existen áreas con una cierta inmadurez. Tendremos que pensar en cada caso cómo afrontar el tratamiento más indicado.

La colaboración de los padres y el colegio es fundamental. Si tenemos la colaboración de uno profesores que entienden el problema y no tachan al niño de vago o desobediente el pronóstico es mucho más positivo. Esta mañana he valorado a una niña de cinco años que presentaba problemas de conducta en el aula. No atendía en clase y no hacía caso a su profesora, y en la evaluación se ha comprobado que existe una deficiencia auditiva. No todos los casos son tan sencillos como éste, pero sirve de ejemplo para entender que los sentidos se integran en el cerebro y que fallos en este nivel afectan a todo el organismo.

P: Los más pequeños en ocasiones están sobreexpuestos a multitud de estímulos sensoriales. ¿Puede ser esta sobreexposición un obstáculo para su aprendizaje? ¿Existen métodos para hacer que esa avalancha de información se aproveche y gestione de forma eficaz?

R: Si, existe el sentido común de los padres y educadores. No podemos olvidar que un niño necesita jugar y tener tiempo para estar con otros niños. Si sobreestimulamos lo único que conseguimos es alterar un desarrollo normal y empezamos a sobreexigir resultados a corto plazo. Aquí, una vez más, debemos tener en cuenta las diferencias individuales: hay niños que pueden hacer varios deportes, ir al colegio y además tener clases particulares de inglés. Otros en cambio llegan cansados a sus casas y hacer los deberes les lleva toda la tarde sin posibilidad de otras actividades.

Contestando a tu pregunta, para que tal avalancha de información se aproveche piense en su hijo, sus necesidades y capacidades individuales, sin comparaciones. Anímele a vivir de forma coherente con sus posibilidades para toda la vida. No sobreexija, pero tampoco promueva el abandono y la vagancia. Un poco de disciplina es buena desde los primeros años de vida. Demos paso a la fuerza de voluntad.

P: Usted es la coautora del libro “Todo un mundo de sensaciones” (Ediciones Pirámide), en el que propone un programa diario dirigido a padres de bebés de 0 a 6 meses a través del cual, y mediante el juego, los más pequeños aprenden a convivir, compartir, disfrutar y divertirse. Háblenos de algunas de las recomendaciones para los padres que ya desde una edad muy temprana tengan la sospecha de que sus pequeños no desarrollan correctamente la integración sensorial.

R: Animo a todos los padres para que comiencen desde el desarrollo psicomotor. Saque a su hijo a pasear al campo, póngale en contacto con la naturaleza, muéstrele diferentes animales con los que pueda interactuar. ¡A ellos les encanta! Llévele al parque para que se suba a los columpios, paseen por la playa, diviértanse en el agua. En cuanto sea posible anime a su hijo a tener amigos con los que compartir juegos, leale cuentos por las noches y escúchele desde que es pequeño; así, en la adolescencia, tendrá mucho tiempo ganado.

Dirija a su hijo hacia una vida sana y deportiva. Lo mejor es el ejemplo de los padres: compartamos nuestras aficiones deportivas, salidas en bicicleta, juegos con la pelota, paseos, juegos al aire libre…No se quede frente al televisor porque su hijo hará lo mismo en breve.