¿Deben los docentes controlar a los alumnos en las redes sociales?

Las redes sociales son un importante vehículo de comunicación con sus ventajas y desventajas, y los alumnos se han convertido en usuarios activos de ellas al utilizarlas para expresar sus vivencias y estados de ánimo; además, son útiles para detectar comportamientos que resultan poco adecuados y que pueden derivar en casos de acoso escolar, agresiones…
En las últimas semanas se ha conocido la noticia de que algunos centros de enseñanza norteamericanos han contratado los servicios de empresas de monitorización (como Geo Listening y CompuGuardian) para controlar lo que publican sus estudiantes en redes sociales como Facebook, Twitter o Tuenti, una información que no está exenta de polémica y que plantea distintas cuestiones. Desde EDUCACIÓN 3.0 hemos querido preguntar a los docentes Óscar González, del CEIP Lluís Vives de Bocairent (Valencia), y Jesús Hernández, del IES María Pérez Trujillo (La Vera, Puerto de la Cruz- Tenerife), sobre esta situación.
En el caso de nuestro país, lo habitual es que los colegios utilicen filtros que limitan el acceso contenidos inapropiados para su edad. Sin embargo, tal y como indica Óscar González: “Conozco centros donde ha habido algún problema con las redes sociales ya que los alumnos de Secundaria hacían un mal uso de Twitter (insulto a los compañeros, rumores, alusiones al profesorado…) y la dirección tuvo que intervenir”.
Un trabajo en equipo
Controlar los comentarios del alumnado en las redes sociales, ¿es una tarea sólo de las familias o también necesita de la implicación de los profesores? Para Jesús Hernández, la clave se encuentra en "orientar a las familias y formar tanto a estudiantes como padres en el buen uso de Internet”. Por su parte, Óscar González considera que se trata de un trabajo en equipo y que los docentes (además) deben transmitir a los padres el mensaje de la importancia de controlar y supervisar el uso que los menores hacen de las TIC; de ahí la importancia de contar con nuevas herramientas para educarles. Y añade: "No cabe duda de que, en este tema, es fundamental el peso de la familia porque dentro de su acción educativa tiene la obligación de supervisar el uso (o mal uso) que hacen sus hijos de las nuevas tecnologías”.
Educar antes que prohibir
El hecho de que algunos centros de Estados Unidos hayan contratado programas a través de los cuales se indaga en las publicaciones de los alumnos plantea otra cuestión: el equilibrio entre la protección de los menores y su derecho a la libertad de expresión. En este caso, la formación en temas TIC es fundamental, así como transmitir al alumnado las consecuencias derivadas del mal uso de la Web.
Asimismo, Jesús Hernández opina que hay que educar en lugar de prohibir: “Utilizar los conflictos que se generen como oportunidades para formar, en lugar de dramatizar y simplemente dedicarnos a penalizar. En mi centro, por ejemplo, damos constantes charlas con elementos propios y externos como la Policía Nacional, la Concejalía de Juventud del ayuntamiento de la localidad…”, apunta. También nos explica que, en estos momentos, están teniendo un problema con un alumno que supuestamente pidió una fotografía algo comprometida (fuera del centro) a una compañera. “Lo estamos aprovechando como una oportunidad para educar mediante la activación de protocolos de resolución de conflictos, con entrevistas a los alumnos y sus padres, y tratándolo de forma genérica en las aulas”, concluye.
1 Comentario
Deberían darles también la paga y cuidar de que no beban los fines de semana cuando salen con sus amigos... Por que para eso son profesores, que hagan todo menos enseñar. Cuanto más tonta sea la sociedad más fácil sera dirigirla.