Esperanza Calvo y Teresa Molina, profesoras de Primaria, crean este proyecto de Lectoescritura funcional como reto en la búsqueda de una forma de trabajo diferente y atractivo para mantener la ilusión del docente y la motivación del alumnado de primero de Primaria en el aprendizaje y correcta utilización del lenguaje, tanto escrito como oral, como vehículo de comunicación y disfrute con una Lectoescritura funcional.
Índice de contenidos
Lectoescritura funcional
¿A quién no le gusta escuchar historias y cuentos en boca de otros? Si además esto sucede de forma habitual en el universo del aula, propiciando ambientes de intercambio comunicativo y exposiciones de experiencias vitales, el éxito está garantizado. El libro de texto al uso, se ha sustituido por un canon de 25 libros de literatura infantil. A partir de cada uno de ellos se elaboran las actividades de lectura y de escritura.
Método Dime
La primera toma de contacto es la lectura en voz alta por parte del docente. A continuación se trabaja el libro como objeto físico (tapa, portada…) y como contenido de información (título, autor…). Después se crea un clima propicio para poner en práctica la ‘discusión literaria’, basada en el método ‘Dime’ de Aida Chambers, donde conectan sus vivencias íntimas con los vínculos literarios que les proporcionan modelos de reflexión. Reelaboramos la historia, damos nuestra opinión y escuchamos a los otros. Nos iniciamos en el diálogo y la discusión. En ese momento el alumnado hace suya la historia y desarrolla el lenguaje oral ampliando vocabulario, conociendo e integrando en su lenguaje cotidiano expresiones y palabras nuevas, que más tarde introduce en sus producciones escritas.
Cómo trabajar los contenidos
-Escucho: La lectura en voz alta es imprescindible para que el alumnado escuche modelos diferentes que le ayuden en su decodificación, faciliten su comprensión y consigan una primera interpretación general. De forma cooperativa nos acercamos a la historia a partir de unidades significativas: desde la palabra hasta el cuento. El grupo arropa a aquellos primeros lectores con mayor dificultad y permite que se enfrenten a la tarea con ilusión y se alejen de la frustración.
-Hablo: Es el momento más íntimo y personal. Nos abrimos a los demás a partir del texto, y hacemos un camino de ida y vuelta alrededor de nuestros sentimientos, viéndonos reflejados en las historias que leemos. Compartimos los entusiasmos, las dificultades y desconciertos que nos unen como elementos pertenecientes a una misma sociedad.
-Leo: El aprendizaje de la lectura ha dejado de estar impuesto; en esta dinámica de trabajo las tareas propuestas llevan al alumno a que sienta la necesidad de aprender a leer para alcanzar los fines propuestos: localizar aulas, pasar lista… Más adelante las propuestas en el aula nos llevan a encontrar dos partes de una frase en formato puzle. Así leemos imágenes y palabras, y asentamos la gramática intuitiva mientras buscamos la coherencia.
-Escribo: La escritura es el complemento de la lectura, no se pueden disociar en el marco de un aprendizaje. En un primer escalón aparecen las actividades de reconocimiento y asociación a partir del binomio imagen-palabra, siempre extraído del libro que se trabaja. La utilización de modelos del cuento conducen a la escritura por imitación: versionar títulos, cambiar un final o un principio…
Un nuevo paso es la reelaboración de textos incompletos. Partiendo de un fragmento de la historia llegan a construir un nuevo texto coherente y con aportaciones de cada uno. En este proceso vemos en el aula como las aportaciones lingüísticas de cada uno se mezclan con las adquisiciones recientes.
La experiencia de este método ha demostrado que es posible trabajar los aspectos lingüísticos, sintácticos y semánticos, en edades tan tempranas, utilizándolos de forma correcta en el lenguaje oral y escrito. A través de la reflexión y la discusión lingüística los alumnos son capaces de detectar las incorrecciones gramaticales y de este modo reelaborar el texto de forma coherente.
Más información en: es.calameo.com