La Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona, ELISAVA, apuesta por la impresión 3D para fomentar la creatividad e innovación en los estudiantes. Javier Peña Andrés, Jefe de estudios del Grado en Ingeniería de Diseño Industrial del centro, nos explica qué beneficios supone utilizar esta tecnología en sus aulas.
En ELISAVA utilizamos las impresoras 3D para crear prototipos, pero también para comprender el desarrollo de un proyecto, para facilitar la comprensión del producto y entender lo que significa pasar de papel y la pantalla a la realidad.
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Utilizamos esta tecnología (junto a otras) porque tiene un potencial extraordinario en el campo del diseño y el desarrollo de producto. Es muy versátil, tiene gran facilidad de uso y es muy cercana, tanto para el estudiante como para el profesor.
A través de la impresión 3D el lenguaje que hablan alumno y docente es muy directo, es exactamente el mismo en realidad. Se genera empatía que hace que alumno y profesor se entiendan rápidamente.

Un proceso gradual con ELISAVA

Elisava_2 El proceso de implantación en ELISAVA ha sido gradual. Empezamos a trabajar con estas impresoras 3D en proyectos finales de estudio con el objetivo básico de generar prototipos de cierta complejidad. A partir de ahí hemos ido ampliando el uso de la tecnología 3D para enseñar y para entender cómo proyectar y, como decíamos al principio, cómo pasar del papel y el ordenador al producto.
En el día a día, hemos querido proporcionar al estudiante total libertad para trabajar con estas tecnologías de impresión 3D; lo único que tiene que hacer es proyectar y, después, corroborar y certificar que es viable desde el punto de vista formal, ergonómico, dimensional, mecánico, etc. A través de esta línea el profesor solo valida la impresión y el desarrollo. Y hemos conseguido integrar esta tecnología en su totalidad hasta el punto de que tenemos a las impresoras trabajando prácticamente las 24 horas del día.
La segunda línea que venimos desarrollando en ELISAVA está más asociada a asignaturas proyectuales desde primer a cuarto curso, donde utilizamos la herramienta y la tecnología para validar un proceso. Pero no solo validamos un proceso de desarrollo; también de pensamiento, conceptualización y de formalización del producto. En esta segunda línea, la tecnología está integrada dentro de la asignatura y, en función del tipo de proyecto, se vehicula al estudiante para que certifique y valide su proyecto con una u otra tecnología.
Esta metodología está integrada dentro de asignaturas concretas como puedan ser “Estética y diseño” o “Diseño y producto” en el caso de ingeniería de primero y segundo respectivamente, y a partir de tercero, en prácticamente todas.