Obtener buenas notas y saber una materia no está correlacionado con los resultados que se tienen en la vida. Javier Bahón reflexiona sobre la formación que deben recibir docentes y alumnos, así como qué aspectos deberían cambiarse del sistema educativo.
Su formación y, por tanto, su trayectoria profesional incluye reparación y experiencia en diferentes ámbitos, como profesor, coach y formador certificado en el National Center for Teaching Thinking de Robert Swartz, en Boston, de forma que docentes y centros pueden certificarse como TBL —Thinking Based Learning o Aprendizaje Basado en el Pensamiento—.

El cerebro sólo puede aprender cuando está realmente activo, es decir, atento, implicado y gestionando el objeto del aprendizaje

Es partidario de ‘enseñar a pensar’, ¿qué aporta este método?

Javierbahon3Una forma de trabajo que permite ‘ver’ el pensamiento de los estudiantes. Hay que tener en cuenta que un cerebro sólo puede aprender cuando está realmente activo, es decir, atento, implicado y gestionando el objeto del aprendizaje. Así que las diferentes estrategias para mediar en su pensamiento les sirven como un mapa de carreteras que les indica qué pasos pueden dar para llegar a un resultado más satisfactorio, es decir, que mejoren sus expectativas o necesidades.
Nuestra misión es la de ser mediadores que les damos oportunidades para desarrollar, practicando, sus funciones cognitivas. Es un cambio que supone que los alumnos piensen y construyan por sí mismos en vez de recibir el conocimiento ya ‘hecho’. Y no se trata de una cuestión de tener más edad, sino que sólo se desarrolla aquello que se practica; a veces queremos obtener la cosecha, sin haberla cultivado.

Lo que se entiende como éxito escolar, por las buenas notas, muchas veces no está correlacionado con éxito en la vida

En ocasiones, la evaluación está ligada al examen escrito pero ¿qué debe medir?

Javier Bahón EntrevistaEsta cuestión es demasiado compleja para resolverla en una breve respuesta. Por dar algunas pinceladas diría que los buenos profesores saben para qué sirve la evaluación. Su ‘arma’ es la reflexión metacognitiva, mientras que los otros asumen un rol de juez que les hace sentirse con el poder, aunque en realidad sólo revela su ignorancia sobre la profesión docente, y su ‘arma’ es un bolígrafo rojo.
Lo que se entiende como éxito escolar, por las buenas notas, muchas veces no está correlacionado con éxito en la vida. Igualmente, un fracaso escolar puede tener gran éxito en la vida. Hoy, grandes expedientes académicos están en la cárcel, quizá saber la materia y aprobar exámenes no asegura que sean buenas personas.

¿Cómo debe llevarse a cabo el proceso de evaluación?

La evaluación o lo es de todos o no cumple su fin de orientar la mejora. Debe concebirse, igualmente, relevante la evaluación del alumnado, del profesorado, de la función directiva, de la consecución del proyecto educativo, etc. La más potente es la que podemos ayudar a desarrollar en el alumnado, mediando para que aprenda a autogestionarse y autorregularse. Sin ello, estamos adiestrando personas
heterónomas que seguirán necesitando un mando cercano que les diga siempre si van bien o se tuercen; si cumplen sus objetivos o no. El desarrollo de la autonomía necesita de una vía diferente y aprendida desde la práctica.
Esto es un pequeño extracto de la entrevista publicada en el Nº 24 de la Revista EDUCACIÓN 3.0 impresa, correspondiente a otoño 2016. Para poder leerla completa es preciso suscribirse: podéis hacerlo como centro o como particular llamando por teléfono (91 547 00 95) o a través de la página web. 

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